Hoy traigo la segunda entrega del viaje que hicimos a finales de verano. Tras la excursión con impresionantes vistas que podéis recordar haciendo click AQUÍ fuimos hasta el Telesilla del Aneto. Habíamos comprado por Internet la entrada que venía con menú incluido y estuvo súper bien porque incluía primer plato, segundo, postre y bebida, y el plato principal era barbacoa. Ñammm.

telesilla-aneto

No hacía muy buen día, estaban acercándose nubes y había riesgo de tormenta eléctrica por lo que, si empezaban los truenos pararían el telesilla, con lo que eso conllevaba. Nos atrevimos a subir aun sabiendo que había posibilidad de quedarnos atrapados en lo alto de la montaña. No sabéis el miedo que pasé al subir, ver que sólo nosotros subíamos y que mucha gente bajaba jajaja. Pero la experiencia y la vistas fueron una pasada y al final el tiempo siguió con la tregua y no pasó nada.

Estas son algunas fotos de las vistas que se veían desde el telesilla. La verdad es que no se aprecia igual en las fotos. En ese momento flipamos con la altura y la inmensidad de los paisajes que se veían.

vistas-telesilla-aneto

vistas-aneto

Este es el único selfie que salió medio decente… xD

Y aquí ya habíamos llegado a la cima y fin de nuestro trayecto en telesilla. Que fue bastante larguito la verdad… Me imaginaba todo aquello nevado en invierno, lleno de gente con los equipos de esquí subiendo hasta esa cima para luego lanzarse por sus laderas. Aunque la verdad me gustó muchísimo esa experiencia de vivirlo casi vacío. Así llegamos al final del trayecto:

cima-telesilla-aneto

Y en estos singulares asientos pasamos un ratito disfrutando de las vistas:

vistas-telesilla-aneto

Finalmente, tras esta maravillosa experiencia, volvimos al hotel. Nos pegamos un bañito en la piscina cuya agua era un cubito de hielo, una buena ducha y fue el momento de las fotos del look que publiqué aquí: «Cuando el verano no quiere irse pero por la noche asoma el frío«. Aunque esta foto concretamente no sale en el post 😛 :

hotel-cerler

Y esa noche cenamos en Benasque y dormimos como unos bebés después de esta gran jornada. Al día siguiente nos esperaba un largo camino hasta nuestro siguiente destino: Vielha. ¡Que vendrá en una nueva entrega!

Si has llegado hasta aquí, ¡cuéntame en comentarios qué te ha parecido y muchas gracias por leerme!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *