Uno de los signos que deja consigo el avance del tiempo y que más quebraderos de cabeza deja  a muchos es el descolgamiento de los tejidos. Las arrugas, la flacidez o la aparición de  la papada es una de las principales motivaciones que encuentran muchos clientes para buscar remedio tanto en los hilos tensores en clínicas de Madrid como en el lifting facial tradicional.

Si te preocupa la edad y las consecuencias que deja tras de sí, hemos querido contarte cuales son las diferencias entre  el Lifting facial  y los hilos tensores.

Lo primero que tendremos que saber es que todo depende, la  eficacia y la elección dependerá de la edad que tenemos, de la disposición que tenga el cliente a pasar o no por el quirófano o el estado de la piel.

El lifting sin cirugía: Los  hilos tensores.

Los hilos tensores están concebidos como un tratamiento de lifting no invasivo y que consigue resultados sorprendentemente naturales.

Estos hilos una vez colocados en lugares estratégicos producen una estimulación del colágeno natural de nuestra piel aportando a esta una firmeza  que hace años no experimentábamos y un aspecto mucho más rejuvenecido y terso.

Esta alternativa, aunque a priori parezca muy suculenta tendremos que valorarla en función a la  edad y a los  resultados que queramos obtener. Ya que los hilos tensores son eficaces sobre todo en pacientes menores a los 50  años.

Ya que es esta edad el límite en el que somos capaces de regenerar nuestro propio colágeno. A partir de los cincuenta la flacidez  que presenta nuestra piel es importante y será necesario plantearse la  otra alternativa, el lifting facial.

Eficacia con resultados naturales.

Los hilos se han convertido en  una de las técnicas más demandadas en los centros de estética por la eficacia y los resultados que se obtienen. El rejuvenecimiento facial que experimentan todos los pacientes es asombroso pero además no pierden ni un ápice de su expresión.

Podremos encontrar diferentes tipos de hilos tensores dependiendo de la zona y los resultados que busquemos. Sobre todo veremos muy buenos resultados en zonas como desplazamientos del óvalo facial, flacidez en cuello y papadas, pérdida de definición en la mandíbula o en la zona del cuello. 

Dos principales tipos de hilos tensores, tradicionales y estimuladores.

Estos últimos se aprecian desde el minuto uno pero los efectos finales los iremos observando gradualmente ya que actúan progresivamente. Así será en dos o tres semanas tras el tratamiento cuando veremos sus efectos de forma más visible. Y a los tres meses será cuando el tratamiento haya alcanzado su punto álgido.

Los hilos tensores reactivadores están compuestos por un material que se absorbe a los cuatro meses de su colocación y que en su lugar deja una malla que hace de efecto lifting. Este “nuevo tejido” tendrá  una duración en nuestra piel  de doce meses al  año y medio.

¿Que sucede pasado este tiempo? Pues que aunque no observemos la piel tan tersa  como antes esta no volverá al estado anterior al tratamiento. Ya que durante este periodo hemos estado reforzando la piel y estimulando la producción de su propio colágeno.

El método de colocación, un plus a favor de los hilos.

Los hilos tensores se infiltran en nuestra piela través de unas agujas minúsculas que  van a nivel hipodérmico. El profesional marcará una línea y dirección adecuadas para que estos hagan de vectores de tensión, este procedimiento no durará más de 30  minutos y se usará anestesia tópica.

Al ser un procedimiento poco invasivo y al ser los hilos reabsorbibles este método no presenta ningún tipo de reacciones adversas.

Cuando optar por el  lifting facial, ¿un rejuvenecimiento definitivo?

Gracias al lifting conseguimos tensar la capa muscular definiendo el óvalo facial y la  zona de la mandíbula. Este procedimiento nos ofrecerá resultados de más duración que los que nos puedan ofrecer los hilos tensores de las clínicas de Madrid y sobretodo mucho mejores en edades  avanzadas.

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