Es la pregunta que cada vez se hacen más padres ¿Por qué enviar a mi hijo al extranjero?.

Cada vez más padres lo hacen, y por lo tanto, se genera ese interrogante en otros padres que ven como este hecho es una tendencia en clara ascensión en los últimos años.

En este post vamos a analizar los pros y los contras de enviar a nuestros hijos a estudiar un año académico en un país extranjero.

El esfuerzo por la mejor preparación

Es un hecho innato en el instinto paternal el de proteger y preparar a los hijos de cara al futuro.

Con vistas a un mercado laboral cada vez más internacionalizado, donde los idiomas, la preparación y la pericia cobran cada vez más importancia, los padres toman cada vez decisiones con sus hijos a más tempranas edades, para que su desarrollo pueda explotarse en su máximo grado.

Un hijo mejor preparado en la época de la adolescencia, podrá aspirar en un futuro a trabajos de mayor responsabilidad, comodidad y mejores retribuidos. Este tipo de trabajos les proporcionará un vida más feliz y estable. Es por ello que hay que pensar en desarrollar todo ese potencial.

Las ventajas de estudiar un año escolar en el extranjero

No es casualidad la tendencia de cursar un año escolar de ESO o Bachillerato en un país extranjero, este hecho viene avalado por los buenos resultados que están consiguiendo este tipo de programas de estudio en el extranjero.

Los estudiantes que regresan de esta experiencia, lo hacen con un mayor grado de madurez, con mayor capacidad para desenvolverse en la vida de forma autónoma, y por supuesto con un nivel alto de idioma extranjero.

Es increíble como en tan solo un año escolar, se puede llegar a desarrollar tanto el potencial de un adolescente.

Los psicólogos advierten que es muy importante salir de la zona de confort para poder explorar nuevas experiencias y progresar en nuestra personalidad. En un adolescente, cuyas responsabilidades son mínimas y cuyo círculo de amigos está muy definido, es muy recomendable animarles a vivir la experiencia de estudiar un año en el extranjero para salir de esta zona de confort que puede llegar a convertirse en una auténtica burbuja que les impida progresar en la vida.

Estudiar un año escolar en Estados Unidos, en Irlanda o en Canadá, mejoran de forma importante el manejo de el principal idioma de mundo, el inglés. Hay que elegir muy bien el destino para conseguir aprender el idioma de una forma correcta.

Las desventajas de estudiar un año escolar en el extranjero

No todo son ventajas cuando nuestro hijo se marcha a estudiar un año al extranjero. Existen también las preocupaciones lógicas de todo padre que ve marchar a su hijo del hogar para emprender una aventura en solitario.

Entre las desventajas más importantes podemos encontrarnos estas:

  • Pérdida de un año de convivencia con nuestros hijos. Los hijos no conviven eternamente con los padres, es por ello que envíar un año a tu hijo al extranjero supone perder un año de una convivencia que va llegando a su fin con la edad adulta.
  • Dificultades para adaptarse. Es un riesgo que puede tener cualquier persona, independientemente de la edad, cuando cambian sus hábitos y se adentran en una cultura completamente diferente, con un idioma diferente y con unas costumbres que pueden resultar raras.
  • Posible pérdida del año académico. Hay que tener en cuenta que no cualquier alumno es válido para estudiar en el extranjero. Para que pueda optar a estudiar en el extranjero sin perder el año de aprendizaje, el alumno debe presentar buenas notas y unas aptitudes correctas para poder dar clases en otro idioma.
  • Aspecto económico. Es evidente que el hecho de que nuestro hijo estudie en el extranjero nos va a repercutir económicamente. A pesar de ser una buena inversión de cara al futuro, no todos los padres pueden permitirse esto, por lo que el aspecto económico lo metemos como una desventaja.

Una vez analizados los pros y los contras de enviar a nuestro hijo a estudiar un año escolar al extranjero, debemos valorar si nuestro hijo está preparado para afrontar el reto y si los padres estamos preparados para realizar el esfuerzo. Cuando estas dos cosas se combinan, el resultado puede ser maravilloso.

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